sábado, 27 de diciembre de 2008

(Extracto)

(…) Después de 3 años de consumado el triunfo gubernamental, los partidos refractarios volvieron al ataque, haciendo uso de métodos no muy ortodoxos, como bromas de mal gusto y expresiones peyorativas, tales como “cara de poto” y “guatón pesado”. Fue así como se produjo la escisión del partido gobernante, ya que nadie fue capaz de soportar tales faltas a la dignidad humana, de modo que se optó por el suicidio colectivo en el ágora, llevado a efecto el día 6 de Julio del año 46. De tal forma, se instauró un período de anarquía que perdura hasta nuestros días, como nosotros, habitantes de Felicilandia, podemos constatar. (...)

Extracto del discurso pronunciado por un habitante de Felicilandia, en conmemoración por los 60 años de anarquía (¿y en qué anarquía se enuncian discursos públicos?) de dicha nación. 6 de Julio del año 106 de la Era sin nombre.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Ad portas de

"Sabiduría del pueblo: 'es un pobre loco, un soñador...'"
Julio Cortázar, "Rayuela" (capítulo 80)


Justamente, don Julio, en aquello me convierte el haber optado por tan funesto destino. Pero es para eso que somos pobres locos, soñadores: para forjarnos un destino terrible, y poder combatirlo (en otras palabras, peces que nadan contra la corriente por gusto propio).

domingo, 16 de noviembre de 2008

Latentis

Cuando los latidos ajenos los sientes en tu propio corazón, es inútil ponerse cualquier tipo de impermeable. Esos latidos, el sentir, se filtran se funden se con-funden; el impermeable se vuelve permeable, inpermeavle, meable, lleno de meados provenientes de la irrigación sanguínea de aquellos especímenes que ahora más que nunca sientes como si fueran parte de tu organismo, como si fuesen tus pulmones que te dan el aire a pesar de que están intoxicados,

No, no tengo ganas de escribir.
La tristeza puede más, ¿por qué nunca puedo hacer demasiado en este estado? Creo que soy lo contrario a muchos poetas, y eso me hace sentir no sé si bien o mal, pero distinto y marginado. ¿Por qué el arte ha de ser la expresión del alma de los eternos depresivos? Soy un "artista" feliz, ¿soy menos "artista" por ello?
Mi cabeza tiembla, hace calor y un dulce de manzana se deshace entre mis dientes, ¿soy menos "artista" por ello? La pregunta me da vueltas aunque sé que es estúpido porque conozco la respuesta, es tan difícil guiarse por principios morales propios, no preocuparse nunca más del qué dirán y empezar a ser uno mismo, empezar a vivir de una vez por todas la vida que siempre quisimos vivir, la vida. Allí afuera hay pajaritos, pero son cerca de las seis de la tarde. Es extraño, siempre los escucho por las mañanas, pero no a las seis de la tarde y con tanto sol. Y la tristeza puede más, la tristeza, el distanciamiento, ¿por qué nunca puedo hacer demasiado en este estado? ¿Expresar lo más hondo, lo más puro, aquello que no pude decir a quienes debí? ¿He de perder dos años por mi abstracción y estupidez? No. La tristeza no puede más, yo puedo más porque yo soy el artista y la manipulo a mi antojo pues, don Vicente, afrancesado y la conchadetumadre, lamebotas de París y de sus vanguardias forzadas. Me pican las manos, difícil rascarlas mutuamente, hace falta una tercera mano que facilite un poco la tarea. Dos manos más si fuese posible (aquí hago una pausa; rasco mi mano izquierda); a ratos quiero llorar, llorar eternamente, pero es tan difícil para mí hacerlo, no lo entiendo, y eso que antes lloraba tanto. ¿Pero es menester llorar? Sí, por supuesto, es mejor que tener este nudo culiao en la garganta, en la cabeza y en el corazón sobre todo, mi corazón hecho un nudo que impide el paso de la sangre y que me hace convulsionar, estoy palideciendo, poco a poco, hasta que llegará el momento en que me convierta en tierra levantada por una escoba, apenas un atisbo de lo que alguna vez fue Mauricio Alejandro Díaz González, hombre de 18 años, que sólo desea cerrar sus ojos y sentir que varias manos se posan sobre las suyas, quedándose allí por siempre, muchísimo más allá de lo acotado por esas paredes que lo albergaron de manera tan hostil durante esos millones de años de voluntario/involuntario claustro.



(Por favor, no dejen que el territorio acotado por esas paredes sea el único posible para hacer germinar esa hermosa semilla que sembramos adentro. No me dejen nunca...)

viernes, 24 de octubre de 2008

Asexinato en la planta baja


Los amantes se encontraban en su habitación del undécimo piso mirándose, oyéndose, oliéndose, conquistándose nuevamente, como lo hacían día a día, noche a noche, segundo a segundo. Fue entonces cuando él se acercó y depositó maliciosamente su mano sobre el muslo ajeno, recorriendo con intrusa lentitud los confines del sexo opuesto.
Caminó con miedo hacia la cocina. Era viernes, lo que significaba una borrachera más en aquellos dolorosos dos años de matrimonio. Esa noche había algo especial en los ojos de su marido, algo que la hacía sentirse especialmente desprotegida en su solitario apartamento de la planta baja...
Y llegó el primer golpe.
Entre gemidos de dolor y placer, ella se tiró en la cama mientras él la mordía y golpeaba con la brutalidad sadomasoquista que gustaba tanto a ambos. Ella tomó la fusta que estaba sobre el velador y lo atacó, dominante.
El psicópata ebrio le había asestado un despiadado puñetazo a su mujer, que empezó a sangrar profusamente. Para defenderse, ella le pegó con el palo de la escoba en la espalda, sin éxito. Y los amantes se manoseaban y se flagelaban y se revolvían viscosos en sus fluidos corporales. Ella adoptó la posición de batalla, dejando el paso libre a su cómplice para que ejecutase su trabajo.
Comenzó a enterrar su arma el sujeto con fuerza y repetidamente, mientras la sado gritaba de pasión y lascivia sanguinaria. El asesino se acercó a la pobre mujer, que gritaba inútilmente. Nadie la escucharía, ya que los únicos vecinos que estaban en el edificio eran los del piso once (¿y a quién le importarían los gritos de una empleada en la planta baja?). El verdugo enterró su puñal incansablemente en el pecho de su mujer, hasta que se desangró.
Entretanto, un líquido de distinta naturaleza escapaba con semejante profusión en el campo de batalla del undécimo piso, dejando a los amantes sin aliento y llenos de sudor, sangre y espermatozoides muertos.




(Nada del otro mundo... fue mi primer intento de montaje, bastante precario por lo demás. En todo caso, necesitaba subirlo, no sé por qué.)

miércoles, 8 de octubre de 2008

-random-

(...) sin embargo, según contaron algunos testigos de dudosa procedencia, se vio al presidente en días anteriores al suicidio festejando alegremente en los más nefastos tugurios, junto a señoritas y señoritos que difícilmente podrían haber tenido una reputación decente. De hecho, en momentos previos al suicidio junto al resto de los integrantes del partido, recibió 3 mensajes en su celular, el que fue encontrado en un vertedero ilegal (que después fue debidamente clausurado). El primero de ellos decía: "Llámame. Daniela"; el segundo decía "Te echo de menos, mi amor. Horacio". Y el tercero decía... (me es imposible descifrar la caligrafía de este manuscrito. Mal que mal, estos papiros tienen más de doscientos años, y yo apenas soy un periodista recién titulado. Obtuve la más alta calificación en el examen de grado. El profesor estaba orgulloso. ¿Qué será de él? Probablemente, nada. A veces creo que todos estamos condenados a la nada. Tengo hambre frío sueño alguien toca el timbre será mejor que vaya a abrir ding dong ya voy ding dong hola Camila cómo estás...)

sábado, 4 de octubre de 2008

sábado, 27 de septiembre de 2008

Pulpa de manzana

Me detengo frente al manzano del parque
y me siento a pensar
mientras el manzano me tira manzanas
porque me tiene mala
mala de malicia de maldad de maldito de marlboro
y me rebotan en la cabeza pero no se me prende la ampolleta
simplemente me las como:
para eso son.

Me detengo frente a las manzanas del manzano
observo su textura
su rojo sexual
penetrante orgásmico
su pulpa y sus pepas
y las admiro embelesado con mi cara de cara.

Esa pulpa
que es como el fondo del abismo
el fondo de la vida
el fondo del fondo
que se esconde en otro fondo
¿cierto, Alejandra?
Y cuál es entonces el fondo del fondo
para qué la metafísica y para qué el fondo
si la pulpa es pulpa y el abismo es abismo y la vida es vida
y es muerte
y es el fondo mismo.

Me detengo frente a un manzano
Pero es otro, otro manzano
que aguarda a que llegue su Newton
su Julieta
lamentablemente yo no soy, lo siento.
Tengo cosas más importantes que hacer
que pensar en física
o en metafísica
Pienso en el poema
en la panamericana que es la vida
porque la vida no es sueño
(don Pedro, revuélquese en su tumba,
pero en la buena onda)
la vida es vigilia, es insomnio
es la base y la cúspide de todas las cosas.
En ojos abiertos, no entran moscas
ni mosquitos ni mariposas ni abejas
tal vez polillas
pero para eso existe la naftalina.

Y entonces me detengo frente a don Mauro
y le pregunto: “Don Mauro, ¿qué hace aquí?”
a lo que me responde: “Lo mismo que voh poh, conchetumadre”.
Y es que eso es la vida
el encontrarse y reencontrarse
e insultarse y reconciliarse
y vivir y ser y no dormir y mutar
para simplemente ser la manzana más roja
caída del manzano más próximo.




(Nuevamente la tecnología me derrota. El poema no se posteó bien, tiene espacios que no sé cómo poner en el blog. De todas maneras, disfrútenlo como puedan.)

miércoles, 3 de septiembre de 2008

condena intrauterina

una triste enfermedad cuya única cura es la muerte.
el vientre adolescente que crece

el dolor del útero y del alma
que calcina la vida y la reduce a cenizas.

la péndex de clase baja que sufre
el péndex de clase baja que se corre
la píldora que aguarda en la farmacia
(pero no hay plata,

y no hay píldoras en el consultorio)

y que se vuelve un privilegio de pocos

gracias a nuestros señores parlamentarios.


entretanto el clérigo llama a no tomar la pastillita
porque él no tiene hijos

(porque no debe
porque el todopoderoso lo tiene con el agua cortada)
y el señor moreira despilfarra dionisiaco sus ocho palos y medio
que para eso trabaja
o no trabaja
se pasa al pueblo por la raja
y se caga en los miles que ganan ocho palos y algo menos que él
y que quieren sexo
y que no quieren hijos
y que quieren bañarse en mares de esperma sin que nadie los moleste
y que quieren plata
pero no tienen
ni van a tener
porque así lo quiere la unión demócrata independiente
inclemente
intransigente
indecente

legislación orgiástica que regula los ovarios
y que obliga a los pendejos

a vivir hacinados en un campamento

o en un orfanato de baja calaña
y en un país donde elegir es prohibido
(lo siento, señorita:
nació con útero; úselo)
porque los señores de sotana te succionan el cerebro
(y nada más)

con el mismo tubo de lápiz que usan para la coca.


y descaradamente argentados abogan por conservar la familia

mientras los pendejos hijos del condón de consultorio

(cortesía del MINSAL)

se cagan de hambre y de frío en la pobla

y putean a la mamá

y la mamá los putea de vuelta

y lloran

y pelean

y roban

y tristemente fuman pasta en la plaza llena de barro

llena de cabros chicos envueltos en barro

que en tres años más van a estar en la misma

con la pasta y la doragua
con la jocelyn y la shirly

con la cuchilla y la pistola

con la muerte y la desgracia
con-cupiscencia penalizada

con-dimento del aborto

con-dena intrauterina


y la guagua patea en la guata maternal

patea a la madre que le dará la vida
que ella no quería porque no quiere pobla

ni orfanato ni adopción ni vida alguna

por eso patea

patea de rabia y pena y droga y pobreza

porque no puede morirse

porque la supremacía ABC1 no lo permite.





hace mucho que no actualizaba el blog, por diversos motivos. en fin; vuelvo en gloria y majestad con uno de mis poemas favoritos. trátenmelo con cariñito.
tengo que destacar (tirándome flores, por supuesto) que este poema fue leído por mí en una ponencia en Chillán, en un colegio católico.

jueves, 15 de mayo de 2008

Fuego al volante

"Drive
I'm yours to keep
Do what you want
I'm going cheap."
Depeche Mode


Me miras, te miro, subo por tus peligrosas avenidas hasta llegar a tus ojos que me detienen como semáforo en luz roja en plena Alameda.
Te miro, me miras, luz verde y sigo iracundo hacia Plaza Italia recorriendo a 120 kilómetros por hora tu avenida principal, ahora descongestionada y libre de semáforos, de locomoción, de frenos, de estorbos, de colectivos intercomunales intercriminales. Y entonces luz amarilla, precaución, desaliento, luz roja, stop.
Las gigantografías se alzan majestuosas enfrente, promocionando lo más top de lo top, ese Big Mac que te regala montones de calorías, esa Coca Cola Zero que te da cáncer, ese banco que te estafa y esa luz gigantografía roja, esa roja gigantografía luz, esa gigantografía luz roja que te para en seco y te detiene el corazón en medio de una carrera contra el tiempo y la vesícula y la mirada que te persigue a lo largo de esos miles de kilómetros de coqueteo y sexualidad express, expresados en el fuego de los corazones, de los ojos, de los autos, de la Coca Cola Zero con nuevo mix de endulzantes, del nuevo crédito con el interés más bajo (y ese sí que te quema). Y de pronto es luz verde, luz blanca, luz azul, luz negra, luz paradoja, luz onda, luz corpúsculo, luz crepúsculo, luz de avance y los autos y las miradas corren a mil por hora y los corazones palpitan en el velocímetro que sube y sube hasta colapsar. Entonces viene el choque, el choque de los autos, el choque de las miradas, el choque de los cuerpos rebosantes de deseo y de bencina, el choque de las bocacalles que se absorben en provocador juego de flujos salivales de la maquinaria automotriz. Y los conductores arden más que nunca, más de lo que habían ardido en años de ir y venir por la avenida, y arden otra vez, y chocan otra vez, y te miro, me miras, me miras, te miro otra vez y entonces es incendio, incineración, un crepitar de ojos lujuriosos y de cuerpos lubricados en sudor y de autos completamente destruidos que provocan el bloqueo de la principal vía de la capital durante varias horas de amor, sexo y muerte.
A la jornada siguiente, los diarios titulan: "Dos jóvenes desnudos fallecen en choque automovilístico de cuerpos lascivos pulverizados por el placer de la Alameda".

lunes, 12 de mayo de 2008

caracol sin concha

así te quería ver, maricón:
botado, desastrado,
violentado, arrastrado.
sin defensa, sin escudo, sin concha.
sin concha,
conchadetumadre.

es fácil jugar a tirar la cuerda
cuando juegas del lado de los matones.
es fácil jugar al ajedrez
cuando te acostumbras a controlar piezas.
bueno, en tu caso, jugar damas,
porque puta que erís desviada,
aunque de dama con cuea tenís el casi-sexo.

bien digo casi, conchetumadre,
porque para ser una mujer hecha y derecha,
una equis equis como siempre quisiste,
te hace falta cortarte el pico,
que lo tenís de sobra.

por ahí anduviste con tus seudo-amiguitos-culiaditos
y tus conquistas rascas de una noche.
tirado, usado,
porque ¿pa qué más serviste?
para nada más poh, pa puro prestar el poto
después de que termina la blondie.

y te diste cuenta de eso poh;
sí, de eso,
de que te pescaban por puro que te agarrabai hasta al cartero,
que era tu única gracia.
porque cuando te pusiste cartucha
ni pitanzas te hacían las otras maracas
te habíai ido a la conchetumare,
oficialmente y ante notario.

y volviste dejando la mea estela de babas,
cual caracol caracol
que saca sus cachitos al sol.
escudándote en tus falacias culiás incendiarias.
incendiarias, como carbón de hulla,
como la mentira en tus ojos,
o como una molotov arrojada a la moneda
por un pollo culiao picao a anarco.
escudándote en tus falacias rudimentarias
escudándote en tus falacias sedimentarias

sí, huevón, sedimentarias,
porque cubren huecos.
huecos como lo que hiciste o dejaste de hacer,
y huecos como tú, maricones:
de condición y de actuar,
porque te gusta el pene y erís como el pene.


me pediste miguitas como una paloma
pero yo no vivo en plaza de armas.
te regalé un par de rosarios,
como debería haber sido en un principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos, amén.

y tú, tú.
te arrastraste lentamente
como un caracol caracol
que saca sus cachitos al sol.
al final, sacaste tus cachitos al sol poh,
porque siempre te vai
pa donde el susodicho calienta.
pero no los sacaste como caracol caracol:
los sacaste como babosa babosa
porque pa caracol no te alcanza.
además, te falta la concha.




notas:
- este poema fue uno de los primeros que escribí; si mal no recuerdo, fue el tercero.
- no es mi poema favorito precisamente, pero es uno de los que tiene más llegada en mi (escaso) público.

viernes, 2 de mayo de 2008

Plumíferos

Y es que tal vez todo está en los gestos, en aquellos que parecen tan insignificantes, tan llenos de nada condensada en un movimiento furtivo de las comisuras de los labios colagenados, de los ojos con patas de gallo, de las manos artríticas, de las manos callosas. Esa mirada, esa sonrisa, ese saludo, ese abrazo, ese beso, esa lengua, el sexo, el tercer sexo, la Lita haciendo su performance epiléptica frente a miles de mariconas gritando enfurecidas y enforecidas por el término de la marcha gay en Plaza Bulnes.
Gestos, gestos de amor o de amistad o de homosexualidad y travestimo a granel impulsados por la pirámide social egipcia que somete y momifica a los siervos del sistema. Gestos de pasión y deseo, gestos de cariño y gestos, gestos simplemente. El lenguaje de los gestos, de las miradas calentonas y las entonaciones transformistas. Sociedad transformista que dragqueeniza hechos y palabras para hacerlos más pomposos, pero que es delatada por los gestos, por la cara de zorra consumida por el cinismo y el travestismo social, por la inquietud del pie que marca un incesante compás de repulsión y asco, de sarna y lacra, de odio y psicosis. Un reggaeton de mascarillas faciales y productos de belleza para esconder las imperfecciones antrópicas, las espinillas socioeconómicas, los puntos negros del alma.
Pero con la lluvia el maquillaje se corre, y es en ese momento cuando las emplumadas quedan atrapadas bajo las cadenas de sus propios gestos, de su deleznable rictus, de su execrable conformación personal. Y los gestos las dejan en pelotas, las asaltan, las crucifican, las condenan.
Y es que tal vez todo está en los gestos.

sábado, 26 de abril de 2008

Depresión intermedia

"¿Qué es la vida? Un frenesí."
Pedro Calderón de la Barca

Siéntase al borde de la cama, al borde del abismo, al borde del borde.
Lápiz y papel, crónica flaitonga, deprexcore, la pobreza del espíritu que se condice con la pobreza material de la Villa Los Claveles, y el incesante reggaeton de las casas aledañas, y el Jose que llama al Pato y el Pato que llama al Jose y el Jose que llama al Pato (un amago de amistad condicionado por el alcoholismo en masa que envenena los hígados y destruye las familias del pasaje La Loica), y el pito y la coca, y la Coca con su local clandestino de venta de alcohol, y los pendejos que tocan el timbre para preguntar puras hueás, y el pendejo encerrado en su pieza sentado al borde del abismo, al borde del borde, al borde de la nada y al borde del colapso y de las lágrimas que no quieren salir porque el pendejo es fuerte o aparenta serlo. Pendejo llorón freak cagado de la cabeza pobre destrozado que se descarga en la lectura obligatoria para el plan común de Lenguaje. Pendejo sumido en la tristeza y en el reggaeton y en el callampeo vecinal que acontece a diario en esa franja de territorio larga y angosta que no es Chile, donde todo es copete y distorsión, donde el núcleo de la sociedad no es la familia porque apenas las hay, y si las hay, están tapadas en deudas escolares producto de estafas comerciales (y considérese que el Centro de Padres y la Universidad no se pagan con Tarjetas Más), y pierden dos meses de sueldo pero ganan dos meses de desesperación y endeudamiento hasta el pico y el hoyo y el punto G y la garganta llena de semen eyaculado por el pene extra largo y grueso de la economía social de mercado y la educación monopolizada; eyaculación infecciosa que te llena de enfermedades de transmisión social y que no es tibia sino fría como la noche en el Desierto de Atacama (y es que te cagai de frío, conchetumare). Por mientras busca inútilmente el oasis, entre arena por montones y montones de lágrimas reprimidas por los ojos que las tienen en cautiverio porque el orgullo de pendejo las retiene en mala.
Y la conchetumare, y la tristeza y la pobreza y el trastorno psicológico que por fortuna no llega porque el pendejo no es tan ahueonao. Y luego es el renacimiento, el ensalzamiento, el vaivén, el balancín de la plaza del barrio, vaivén, va-y-vén, va y viene el vaivén; aliteración del alma que vuela metafórica por la dulce sinestesia del oído, y es la anáfora y es la crisis que acecha a la familia de clase media, de clase media rara, de clase media freak, media naranja, media entera; clase entera, familia de clase entera, la familia de clase entera.
Y al otro día el pendejo se levanta, se sale del borde, del borde del borde y la cresta de la ola y la concha de tu hermana, y es entonces el éxtasis del alma; entonces es catarsis y vaivén otra vez, y es la vida que vuela a propulsión desgarrando los cielos tapados en smog capitalino, y es la vida y la muerte; no, es la vida sin la muerte, la vida sola, la vida misma, la vida en vida: la vida.

jueves, 24 de abril de 2008

Torna-do (en el miocardio)

Invádeme. Invádeme como la brisa invernal que se cuela por las rendijas de la puerta (y la estufa no sirve, porque la brisa entra igual), y que postra a las abuelitas en una cama-camita-camilla-camarote-camarón con cuarenta de fiebre. Invádeme como el haz de luz que destrona a la inquietante paradoja negra; como el haz de luz blanca que se torna amarilla que se torna roja que se torna verde que se torna pasto que se torna girasol que se torna tornasol que se torna tornado que se torna viento que se barlovento que se sotavento que se torna brisa. Luz que se torna en brisa, brisa que se torna en luz. Brisa y luz que invaden una casa, la casa del corazón, que la invaden y la colman y la vacían hasta dejarla sin sangre, porque la sangre y el amor no caben en el mismo corazón y menos cuando me invades, así que la sangre huye despavorida por las arterias de la capital cardiovascular colapsada por el Transangrentiago.

cuerda floja

pendiente.
como en la ecuación de la recta pero no.
pendiente.
pendiente de péndulo
pendiente
(en lista de espera; saque su numerito).
una sagita de inseguridad que atraviesa secante los umbrales de la mente
y que colma de quietud la caja toráxica
(exenta de cigarrillo en ese entonces).

inmovilidad/parálisis/paraplejia laríngea
o tal vez flojera.
flojera de flojo que con cueva hace su cama
y flojera de cuerda que con cueva resuena
como un hálito de microbios en antibiótica muerte.
inmovilidad laríngea
inmovilidad personal
inmovilidad psicológica
inmovilidad social
inmovilidad sexual
inmovilidad inmóvil
que se cuela por los poros
y por los fonos
y por las vías aéreas
y por las hormonas inactivas de púber-adolescente
y por las hormonas inactivas de púber-adolecente.

negligencia.
negligencia vocal
negligencia oral
negligencia médica
porque dos años no pasan volando.
dos años
(y algo)
duelen.
duelen en la garganta
duelen en el pecho
duelen en el corazón
duelen en el alma
duelen en la calle
duelen en el almacén
duelen en el teléfono
(oiga niña, ¿está su mamá?)
duelen.
duelen y tiran fuerte.
cuerda floja pero tirante
tangente a la tristeza oculta de quinceañero perno.

Aviso

Escasos pero estimadísimos lectores:


Informo que desde ahora sólo subiré algunos de los textos que escriba, a diferencia de lo que hacía antes, que era subir todo lo que escribía. ¿A qué se debe el cambio? Fundamentalmente, por dos cosas: la primera es que ustedes no merecen que les suba pura mierda al blog, por lo que postearé sólo los textos que a mi parecer sean buenos y agradables para la lectura; y la segunda es que tengo un cuaderno con todos mis escritos, por lo que me parecería estúpido tener el blog y además el cuaderno.
Cabe hacer notar que las obras aquí publicadas no están ordenadas cronológicamente.


Disfruten la lectura.

martes, 19 de febrero de 2008

Palabra



¿Qué haces? Escribo. ¿Y qué escribes? Palabras. ¿Y qué palabras? Muchas palabras. ¿Como cuáles? Palabras como las que salen de tu boca o de la mía. Palabras que se lleva el viento pero que vuelven. Palabras que se quedan y que calan hasta los huesos; palabras que se cuelan por el oído medio y que llegan al alma en fatigosa travesía; palabras que se cuelan por el intestino y el hígado y el colon y el páncreas que aunque sea extirpado sigue envenenado de palabras que se ensartan y que se entierran hasta en el entierro mismo. Palabras de cabro chico de mente grande, de pendejo que juega al papá y a la mamá pero que no tiene hijos porque no es hueón. Palabras de clase media, palabras de pobre y qué tanto. Palabras de denuncia y maltrato, palabras que caen como escupo en la cara en La Dehesa y en la RAE. Palabras simples pero complejas. Palabras lindas pero que transgreden. Palabras feas poh conchetumare, pero que suenan lindo, porque lo lindo es feo y lo feo es lindo, porque lo lindo no existe y lo feo tampoco, porque todo es un asunto de palabras, porque todos los mundos se constituyen a partir de una palabra, de una palabra que sale de tu boca o de la mía, o de una palabra que atraviesa fugitiva el cerebro y que se plasma desafiante en un pedazo de papel.

viernes, 18 de enero de 2008

a veces es bueno quemar


a veces es bueno quemar.
quemar papeles, quemar pasto, quemar fósforos.
quemar pecados, como en la iglesia
(pero yo no creo, no no).
quemar la garganta
con un sorbo de ron del más rasca.
quemar los recuerdos.
los que carcomen.
los que no carcomen.
los recuerdos.
esos que sanan.
esos que matan.
esos que quemas.
esos que queman.

a veces es bueno quemar.
quemar los recuerdos.
sí, quemarlos.
hacerlos arder en la hoguera del olvido.
a veces puedes dar vuelta la página
pero el viento hace que se devuelva.
los pisapapeles no sirven, señora
(por favor, no insista).
por lo tanto, queme no más
porque a veces es bueno quemar.
a veces quemar es bueno.
a veces unas quemás también.

a veces es bueno quemar.
quemar libros de tu biblioteca existencial.
libros que contienen recuerdos.
quemarlos como un inquisidor.
quemarlos como el cura y el barbero.
como el cura y el barbero, eso sí,
a veces es bueno salvar unos cuantos.
de esos que no se pueden quemar
porque te quemas el alma
(cuidado, porque el alma es inflamable).
el resto, quémalos
(simplemente quémalos),
para olvidar y superar.
para madurar.
(y para no)
(y para sí)
y para quemar.
porque a veces es bueno quemar.




notas del autor:
- cuando lo terminé, me gustó. ahora, lo clasifico dentro de la poesía más rasca que he escrito (en términos de técnica, no de pobla).

- no soy pirómano, pero en ocasiones me gustaría.
- por casualidad, días después de la escritura del poema salió en mi horóscopo que guardara los recuerdos. en todo caso, no soy muy fanático de tía yoli.