viernes, 24 de octubre de 2008

Asexinato en la planta baja


Los amantes se encontraban en su habitación del undécimo piso mirándose, oyéndose, oliéndose, conquistándose nuevamente, como lo hacían día a día, noche a noche, segundo a segundo. Fue entonces cuando él se acercó y depositó maliciosamente su mano sobre el muslo ajeno, recorriendo con intrusa lentitud los confines del sexo opuesto.
Caminó con miedo hacia la cocina. Era viernes, lo que significaba una borrachera más en aquellos dolorosos dos años de matrimonio. Esa noche había algo especial en los ojos de su marido, algo que la hacía sentirse especialmente desprotegida en su solitario apartamento de la planta baja...
Y llegó el primer golpe.
Entre gemidos de dolor y placer, ella se tiró en la cama mientras él la mordía y golpeaba con la brutalidad sadomasoquista que gustaba tanto a ambos. Ella tomó la fusta que estaba sobre el velador y lo atacó, dominante.
El psicópata ebrio le había asestado un despiadado puñetazo a su mujer, que empezó a sangrar profusamente. Para defenderse, ella le pegó con el palo de la escoba en la espalda, sin éxito. Y los amantes se manoseaban y se flagelaban y se revolvían viscosos en sus fluidos corporales. Ella adoptó la posición de batalla, dejando el paso libre a su cómplice para que ejecutase su trabajo.
Comenzó a enterrar su arma el sujeto con fuerza y repetidamente, mientras la sado gritaba de pasión y lascivia sanguinaria. El asesino se acercó a la pobre mujer, que gritaba inútilmente. Nadie la escucharía, ya que los únicos vecinos que estaban en el edificio eran los del piso once (¿y a quién le importarían los gritos de una empleada en la planta baja?). El verdugo enterró su puñal incansablemente en el pecho de su mujer, hasta que se desangró.
Entretanto, un líquido de distinta naturaleza escapaba con semejante profusión en el campo de batalla del undécimo piso, dejando a los amantes sin aliento y llenos de sudor, sangre y espermatozoides muertos.




(Nada del otro mundo... fue mi primer intento de montaje, bastante precario por lo demás. En todo caso, necesitaba subirlo, no sé por qué.)

miércoles, 8 de octubre de 2008

-random-

(...) sin embargo, según contaron algunos testigos de dudosa procedencia, se vio al presidente en días anteriores al suicidio festejando alegremente en los más nefastos tugurios, junto a señoritas y señoritos que difícilmente podrían haber tenido una reputación decente. De hecho, en momentos previos al suicidio junto al resto de los integrantes del partido, recibió 3 mensajes en su celular, el que fue encontrado en un vertedero ilegal (que después fue debidamente clausurado). El primero de ellos decía: "Llámame. Daniela"; el segundo decía "Te echo de menos, mi amor. Horacio". Y el tercero decía... (me es imposible descifrar la caligrafía de este manuscrito. Mal que mal, estos papiros tienen más de doscientos años, y yo apenas soy un periodista recién titulado. Obtuve la más alta calificación en el examen de grado. El profesor estaba orgulloso. ¿Qué será de él? Probablemente, nada. A veces creo que todos estamos condenados a la nada. Tengo hambre frío sueño alguien toca el timbre será mejor que vaya a abrir ding dong ya voy ding dong hola Camila cómo estás...)

sábado, 4 de octubre de 2008