domingo, 14 de octubre de 2007

rotonda


I

jeringas vacías tiradas en el piso mojado
de su departamento del sector a be ce uno
y ella desparramada en la cocina
en su mundillo de fantasía.

estaba allí corriendo en círculos
de los animales que la perseguían:
un negrero sexual llamado "jefe",
una mierda con plata llamada "esposo",
dos mierditas chicas llamadas "hijos",
y el mundo entero que se volcaba sobre ella.

II

sonidos difusos
entremezclados con gritos psicóticos
y con un insistente ding dong
y un no menos importante toc toc.
trató de pararse y cayó sobre las sartenes
que ella no veía como tales, sino como rocas rosadas
morado oscuro, más bien verde color amarillento rojizo.

se echó a reir
porque nunca había visto rocas tan peculiares.
o quizás sí.
sí.
de hecho las veía de lunes a viernes
de 8 a 12 de la mañana
como el buenos días a todos que ella no veía
porque vivía en un departamento a be ce uno.
pero no recordaba esas rocas.
de hecho nunca las recordaba.

III

toc toc toc.
ding dong ding dong.
t o c t o c t o c
d i n g d o n g d i n g d o n g
TOC TOC TOC
DING DONG DING DONG
bang bang bang.

IV

ella escuchaba
pero no.
ella en realidad sólo corría en círculos.
vanamente.
de todo.
de la sociedad
de su trabajo
de su esposo
de sus hijos
de su vida
de su muerte
de su todo
de su nada
de su
de s
de
d
.

V

abren la puerta.
ella sólo ve figuras borrosas
figuras borrosas que se apagan poco a poco.
estalla en risas y luego siente que se corta.
la cargan
y le carga.
pero está en blanco
o en negro
o en rojo
o en azul
o en fucsia
o en verde
o en calipso
o en cero absoluto.

VI

un cuarto blanco
lleno de gente blanca
vestida de blanco.
estaba su esposo
que la miraba con pena y con casi cariño,
quizás por primera vez.
su "jefe" no estaba.
menos mal, porque no quería verlo.
no quería recordar las alucinógenas noches
de amancebamiento forzado
ni los tacos y las carteras de leopardo
a las dos de la mañana en la rotonda.
sus hijos tampoco estaban.
menos mal, porque la imagen para ellos
sería demasiado dura.
tan dura como las drogas de su madre.

VII

pum, pum, pum.
p u m p u m p u m
zum.
pum, pum, pum.
p u m
p u m
zum.
zum.

VIII

un sobrio funeral
en el que los únicos presentes
eran ella, el cura
y la gente del cementerio.
quizás era mejor así.
no querría haber estado acom / pañada
de esos pendejos culiados
ni de ese explotador sexual
ni del imbécil que le subió el pelo a su vida
ni de nadie más que del cura
y los otros finados.

que irónico, porque había tenido tanta plata
y ahora era enterrada en una fosa común
del cementerio general en recoleta
junto a muchos otros difuntos desamparados
y junto a muchas jeringas vacías
rescatadas del piso mojado
de su departamento del sector a be ce uno.

1 comentario:

Eduardo dijo...

kl seko
no comento solo
palabras 0 aporte =B
nah k deci solo kl seko ...