domingo, 26 de septiembre de 2010

en construcción

I

Nací con un pene y dos testículos.
Ergo, me llamaron Mauricio
No sé si efectivamente lo soy
o si lo fui
o si lo seré
o si quiero serlo
No obstante debo
así lo quiso mi madre
así lo quiso mi padre
así lo quiso la Santa Iglesia Católica
así lo quiso el Estado chileno

Como si fuera tan fácil pararse frente al espejo
y decir "este soy yo"
Me adoctrinaron desde siempre
desde nunca jamás
a seguir caminando
a pesar de la pata coja
a pesar de la pata atrás

me violentaron
me violaron
me escupieron
me forzaron a sonreír
para mi documento legal
me impusieron una identidad ajena a lo que soy
Yo no sé lo que soy
pero sé lo que no soy
y hoy digo sin pendejos en la lengua
que mi carnet de identidad miente

No soy un número extenso guión siete
no tengo ni tuve los millones que indica mi rut
no me llamo Mauricio Alejandro Díaz González
-más bien así me llaman-
no soy hombre
-no estoy dispuesto a serlo-
no soy chileno
-como si fuese tan fácil pensarse parte de ese todo-
o al menos esa bandera tricolor
hace rato que no significa nada para mí
más que 200 años de represión ininterrumpida.

II

Nací con un pene y dos testículos
¿y qué?
Tal vez mañana no los tenga
tal vez mañana tenga tetas
(de metacril)
tal vez mañana me entierre un cuchillo en el choro
y simule una extensísima menstruación
como la que nunca quise
-pero podría-
porque estoy ávidx de sangre
de mi sangre y de la sangre ajena
Que se derramen ríos de sangre hegemónica
Que la sangre heteronormada y sin VIH
fluya caudalosa por las calles de Santiago.

En resumidas cuentas
no estoy dispuestx a ser,
sí a devenir.
Devenir maraca
devenir mala
devenir disidente
devenir contrasexual
devenir
ad infinitum
STOP*.


*Rodrigo Lira.

Ignorancia es fuerza

Orwell tenía tanta, pero tanta razón...
Lamento haber tardado 3 años en darme cuenta (3 años desde que lo leí, entiéndase).

jueves, 16 de septiembre de 2010

Nescio

No saber.
No saber ser
No saber estar
No saber [insertar acción, estado o proceso]
No saber conjugar un verbo determinado
No saber conjugar mi situación individual
con la de un -inmenso- colectivo.
Todo lo que mi cerebro
que calculo que pesa su kilo y medio,
aprox
puede tragar
r e g u r g i t a r
y WITREAR (léase con letra verde y viscosa)
sobre un papel cualquiera
no soy capaz de vomitarlo
por la vía oral (como debiese ser,
haciendo la salvedad de que,
en ciertos casos de enfermedad o extrema borrachera,
algunos sujetos expulsan dichos fluidos
por sus fosas nasales).

Y no es que sea tartamudo
-no tanto, al menos-
sino que todo mi aparato fonatorio
(los especialistas de la salud
podrán darle las especificaciones
a este respecto)
se niega TAJANTEMENTE
a obedecer las órdenes
que envía don cerebro
desde su cómodo sillón.

No saber.
No saber sumar 1 + 1
(para mí sólo es 1)
No saber hablar
No saber gritar
escupir
ERUCTAR EN TU PUTA CARA
La no sapiencia más absoluta.

Mi hostilidad
(para conmigo mismo
para con los demás)
me patea el trasero
me escupe en la cara
me insulta
me ata de piernas
- de las 3 piernas-
y de brazos
-de los 2 brazos-
es ella la que me pone
el paño en la boca
(sin cloroformo, ojo)
y la que hace que mis cuerdas vocales
se vayan a la mierda
a la hora de expresar un enunciado x.
Resumiendo, las palabras se atropellan
unas a otras
salen sangrando de mi boca
agonizantes en el vano intento
de expresar una idea tan simple
como un te quiero
o un rotundo NO
o cualquier vocablo que aparezca (o no)
en el Diccionario de la Real Academia Española.

Dentro de mi no saber, no obstante
sé que hablo
-sin embargo soy mudo-.
Pero también sé
que me queda esto
-¡triste refugio!-:
un lápiz
un papel
y unas gotas de hostilidad
vertidas sobre él.


(dramón adolescente -veinteañero- que, a estas alturas, carece casi por completo de validez)

untitled

emprender el camino hacia el vacío
irrecusablemente
entramparse en las vertientes de la nada
caer
caer en un pozo sin fondo
infinitamente
caer voluntariamente
golpearse contra las paredes
romperse
romperlas
no hay escapatoria posible
excepto seguir cayendo

jueves, 9 de septiembre de 2010

Curá de espanto

Hace un rato leía para atrás y...
Ya empezamos con las ambigüedades (que, por lo demás, me encantan). ¿Qué significa "leía para atrás"? Puede ser que yo estaba leyendo a la inversa, o bien que leía algunos de mis textos anteriores, o bien ninguna de las anteriores.

Bueno, suponiendo que me inclino por la opción 2 (aunque no deja de tentarme "ninguna de las anteriores"), prosigo. Leía para atrás y me encontré con varias cosas que me llamaron bastante la atención, lo que no tiene por qué ser sorprendente, puesto que el Mauricio del 2007 no es en ningún caso el del 2008, ni éste el del 2009, ni éste el del 2010. De hecho, ni siquiera sé si hay un Mauricio en el 2010. Un Mauricio del Bicentenario, por ser. Pero volvamos a las cosas que más me llamaron la atención.
Las 3 cosas que señalaré tienen que ver con un poema que escribí el año pasado, hace un año o tal vez menos, cuyo nombre es Warning (si quiere, léalo acá: http://insertetituloaqui.blogspot.com/2009/11/warning.html). Puede leerse en el poema que soy un hueón "bastante confuso y confundido", pero "-no en ESE aspecto, / créame que estoy más que claro-". Más adelante, se lee lo siguiente: "Esos días / (que no son, en ningún caso, / ESOS días / recuerde que tengo pico)". Pero lo que más me impactó fue lo siguiente: "Soy homosexual / esto es: me gustan las personas / de mi mismo sexo, esto es: / hombres / (se lo digo al toque / para que no ande especulando hueás)". Con respecto a lo primero: no sé qué tan claro estaba en ese aspecto. Haciendo una retrospección, ahora me doy cuenta de que en realidad no estaba tan claro, sino que creía estarlo y me mantuve cegado en esa idea (en la de tener clara mi pará frente a mi sexualidad y frente a las sexualidades en general) durante mucho tiempo. Con respecto a lo segundo, me da un poco de vergüenza darme cuenta de lo falocentrista que fui durante tanto tiempo, durante poco menos de 20 años. Lo peor de esto es que es reiterativo: no se da sólo aquí, sino en varios otros poemas que usted, señora lectora, podrá leer en este humilde blog.
Y como ya dije, lo tercero fue lo más impactante. En su momento, fue un gran paso el poner por escrito la homosexualidad de ese Mauricio que no soy yo, pero que tal vez fui. Fue un enfrentar al mundo, un ponerme de pie y escupir al cielo y al Cielo. Ahora, sin embargo, la cosa es distinta. Cuando unx escupe al cielo, naturalmente el pollo se devuelve; si ayer dije que era homosexual, hoy lo niego tajantemente. No soy homosexual. No soy ni lo seré de aquí en adelante. Y esto no es, en ningún caso, volver al clóset; antes bien, es romperlo, acabar con una de las tantas construcciones socioculturales del sistema heterosexual. No soy homosexual, porque encasillarse en la categoría 'homosexual' implica de plano validar el modelo hegemónico de la heterosexualidad, definirse desde él, e intentar desesperadamente hacerse un espacio dentro de él o, en otras palabras, intentar desesperadamente legitimarse. Y yo no estoy dispuestx a nada de eso. Yo me defino desde afuera, desde los márgenes, y desde allí intento, o intentaré, poner en cuestión al sistema heterocentrista, que aborrezco profundamente, que me da náuseas.
Vuelvo ahora sobre un asunto que señalé un poco más arriba: cómo es el Mauricio del 2010. Este aspecto es otro de los que me llamó la atención: la insistencia con que se señala en los poemas ese nombre (que, pese a lo obvio que suena, cabe destacar que yo no elegí). Pongo en duda si el Mauricio que ahí se menciona soy yo, o si efectivamente existe. No sé si quiero definirme como Mauricio, como Mauricio Alejandro Díaz González, este nombre (que se corresponde con el género masculino) que fue vomitado sobre mi existencia hace 20 años y 2 meses, aproximadamente. No creo ser ése. Yo soy otra. U otro. O cualquiera. Y es probable que mañana sea muchxs más, o que simplemente no sea.
Todavía tengo muchas más cosas que decir, pero mis ideas están difusas, como yo. Así que, para no extenderme innecesariamente, diré que no sé cuál es la taxonomía en la que me incluyo hoy; no sé si quiero, de hecho, incluirme en una taxonomía determinada. Pero si tuviera que hacerlo, claramente 'homosexual' no sería la que yo elegiría. Si es por ponerle nombre, digamos que soy algo así como un antiheterosexual. En volá loca. Bien loca. Fuertona.

P.S.: Dentro de todas las cosas que he pensado, debo señalar, también, que a la luz de las nuevas ideas, algunos de los textos que escribí en el 2007 adquieren un nuevo sentido para mí. No entraré en detalles sobre esto, no en este escrito al menos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

veinte

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Odio que Alejandra tenga tanta razón. Siempre.